El
arzobispo de Tarragona, Mons. Jaume Pujol Balcells, en su carta dirigida a sus
fieles diocesanos con motivo de la
Jornada de Vocaciones Nativas, recuerda la importancia de las
vocaciones en países de misión como signo de una fe fuerte y arraigada entre
los fieles.
“El próximo 28 de abril se
celebra la Jornada
de las vocaciones nativas. Cada año la Iglesia dedica un día a rezar y también, si es
posible, a ayudar a los países de misión para que surjan de sus hijos
vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Como decía Fructuoso, tenemos
que orar por la Iglesia
extendida de oriente a occidente.
Los católicos debemos tener un
corazón grande y sentir como nuestras las necesidades de las otras Iglesias.
Los misioneros que han ido a otros países a predicar la Buena Nueva de Jesús y
hacer arraigar el cristianismo en aquellas tierras, necesitan que los conversos
de aquellos lugares continúen su tarea evangelizadora y humanizadora. Y por eso
hacen falta vocaciones, y vocaciones nativas si queremos que la fe arraigue
fuerte y que la fe se haga cultura, se haga vida.
Este fenómeno también pasó en
nuestras Iglesias hace muchos siglos. Los primeros predicadores de nuestras
tierras fueron cristianos que venían de lejos: san Pablo y otros que predicaron
a Jesús entre nosotros, y después nuestros antepasados, ya convertidos,
cogieron la antorcha de la fe y la han transmitido a lo largo de los siglos.
Pienso en la primera vez, y no
hace tantos años, que conocí a un sacerdote africano, o japonés o chino.
Después he conocido obispos y cardenales de países que llamábamos tierras de
misión. Gracias a la fe de los que hicieron misión en aquellas tierras de Asia
y de África, hoy el cristianismo tiene la jerarquía y el clero mayoritariamente
del propio país.
Nos uniremos todos en la plegaria
el próximo domingo 28 de abril para que la fe cristiana continúe arraigando en
los países donde el cristianismo está todavía en sus inicios, y que el Señor
les conceda abundantes vocaciones”.