Día de Hispanoamérica: «Para que en Él tengan vida»
Cada año, y desde 1959, el primer domingo de marzo la Iglesia recuerda a los católicos españoles que Hispanoamérica nos importa. De ahí la celebración del Día de Hispanoamérica, y procurar que la vida de fe en aquellos 20 países donde se habla español, portugués o francés, no sólo se mantenga, sino se cuide y se fortalezca. Se trata de los países que aglutinan el mayor número de católicos del mundo. Y, por ello, los países de los que puede depender en gran parte la evangelización de los lugares en los que todavía Cristo no es conocido.
Por otro lado, es el lugar donde más misioneros españoles hay. Hombres, mujeres, religiosas, también de clausura, seglares, muchos de ellos casados y con hijos, españoles todos ellos, parten para esos países para mantener viva la llama de la fe en las personas que allí viven. Desde la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA) afirman «sentir la responsabilidad de un hermano mayor con respecto a sus hermanos más pequeños, pero también la responsabilidad de un anciano que va a necesitar del cuidado y atención de los más jóvenes para poder seguir siendo cristiano.»
Padre Odilo González González, misionero Pasionista en Perú y natural de Don Ramiro (Lugo) durante celebración de la eucaristía |
Se insta a que la dignidad de cada persona sea respetada y esté por encima de intereses económicos, partidistas e ideológicos. Para que los pueblos de toda la tierra y, muy en concreto, los que forman parte de Hispanoamérica, que sufren tan gravemente con ideologías desafiantes y denigrantes, que padecen la injusticia de líderes que no buscan más que su provecho, OCSHA insiste en qué «Cristo es la respuesta y la única solución, y eso es lo que queremos proponer en esta Jornada: que en Cristo, estos pueblos y estas gentes, tengan vida».
El cardenal Ouellet, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina señala que comprometerse con otros, de cualquier credo y cultura «para el cuidado de la casa común es una manera privilegiada de evangelizar, es fomentar fraternidad, solidaridad, diálogo».
Por ello, evangelizar en Hispanoamérica y acompañar la vida de pueblos y comunidades ha significado para los misioneros dar un salto vital junto con otros para caminar juntos, como lo recuerda el papa Francisco en su discurso conclusivo del Sínodo para la Amazonia cuando dice que «estamos entendiendo cada vez más qué es esto de caminar juntos, y estamos entendiendo qué significa discernir, qué significa escuchar, qué significa incorporar la rica tradición de la Iglesia a los momentos coyunturales».
Desde la Coordinadora de Asociaciones de Laicos Misioneros se pone en valor este colectivo de laicos evangelizadores a servir en la misión ad gentes; es parte integrante de una Iglesia local que lo envía a otra Iglesia hermana, generalmente por una temporalidad, que no está reñida con la perseverancia y la fidelidad al proyecto.
Joan Boronat, Diari de Tarragona, edición sábado 29 de febrero