Amigos de los martes,
¡Espero que todos estéis bien!
Hace unos días que llegó a mí esta viñeta que os adjunto. Pensé y lo sigo haciendo, que lo que dice es muy cierto.
Personalmente mis teclas preferidas son las blancas y son ellas las que abundan en mi día a día. Debo decir que hay momentos en que las teclas negras también asoman la cabeza y me afectan de distintas maneras… Sin embargo, no hay que esquivarlas, pues está en mis manos poder cambiar de tonalidad para que, juntas, se complementen las unas con las otras. Cuando llega ese momento en que la fuerza que tenemos nos sorprende y es capaz de superar cualquier contratiempo, se produce esa magia que transforma lo bueno con aquello que no lo es tanto. Es entonces cuando suena la melodía de nuestra vida y, ésta a pesar de todo, nos sonríe.
Un fuerte abrazo y que suene la música…