Amigos de los martes:
Se acerca el final de diciembre y con éste, el recuerdo de numerosas experiencias que han sucedido durante estos doce meses. ¡Dejadme que os mencione alguna! Todas ellas con un significado único y con la oportunidad de aprender tantísimas cosas nuevas…
Las recaídas y los momentos en los que mi salud ha sido más delicada no han sido en vano: parece que la debilidad, me ha aproximado a conocer aquella fortaleza que en un pasado tantas veces me había caracterizado.
Los momentos alegres y los que no lo han sido tanto, también han merecido mucho la pena: qué gran suerte tener siempre a mi familia cerca… Especialmente, para celebrar a menudo aquellas cosas de la vida que parecen tan pequeñas.
Los encuentros con amigos y amigas del pasado han sido muy significativos: es evidente que hacía años que no nos veíamos; pero, aun con la distancia, hemos sabido mantener esa unión que se había creado entre nosotros y que hoy sigue tan viva.
La muerte de personas cercanas y conocidas, a pesar de dejar un gran vacío, también me ha ofrecido confianza: me ha invitado a dar gracias por cada una de ellas, ha vuelto a susurrarme que estoy aquí de paso para dar de mí todo lo que pueda y me ha recordado que la vida no está en mis manos, sino en las Suyas.
¡Os deseo, a cada uno, todo lo mejor para este Año Nuevo que se acerca!
Un abrazo,
Càrol García Murillo